la carga de tener que servir a alguien. Solamente cuando entienda cuánto me ama Jesús y que mi identidad está en él, dependeré de él para recibir el poder para alejarme de mi comodidad, y en cambio, amar y servir a mi familia. Cuanto más colocamos nuestra identidad en Cristo (en vez de colocarla en nosotros mismos como esposos, padres y trabajadores), más viviremos las verdades que Pablo comparte en Romanos 8:31–39: Dios está de nuestro lado; no hay condenación en Cristo Jesús; y nada nos puede separar